24 de septiembre de 1994
Parece que
los años no pasan, pero terminan pasando para todos.
Te das
cuenta de ello en los detalles más inesperados; en detalles que van desde
encontrarte una foto que creías perdida hasta una anotación que hiciste en el
instituto, pasando por CD’s llenos de música y fotografías de tu adolescencia.
A veces
no somos conscientes de lo que construimos día a día, mes a mes. Dejamos que la
vorágine de lo rápido nos engulla sin pararnos a pensar por un momento en los
ladrillos que ponemos. En que no es cuestión de hacer la casa, si no de cómo se
hace.
Dicen
que cuando llegamos a la cima de una montaña estamos en la base de la
siguiente, pero rara vez nos paramos a contemplar las vistas. Y hay vistas que
no se repiten dos veces, de igual forma que no hay dos relámpagos que persigan
la misma ráfaga de viento.