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Lo bueno
de haber nacido el uno de marzo, es que naces el primer día del mes en el que resurge
la vida.
El equinoccio
de primavera es el nacimiento de un nuevo ciclo, de una nueva etapa que nace y
que brota, que se pondrá verde y frondosa bajo el sol del verano, para ir durmiéndose
a lo largo del otoño y pasar el largo invierno.
Lo bueno
de nacer en un mes como este es que, aunque no creas en los horóscopos, el
jugador titular no es otro que el queridísimo Piscis. Hay signos del zodiaco
que ni fu ni fa, pero tu dices que eres Piscis, y eso mola.
Mola ser
el pez que nada contracorriente de la mano de su alma gemela, que se zambulle
en el universo con las ganas de querer contemplarlo todo, de sentirlo todo y de
formar parte de los sucesos más grandes que la vida te pueda ofrecer, aunque al
principio dé algo de miedo.
Porque
en ocasiones vivir significa hacer lo que realmente quieres hacer por encima de lo
que otros valoren u opinen; vivir es ser íntegro y fiel a tu esencia, a tu valor y a tus
convicciones. La vida es la mejor de las aventuras, y soy muy afortunado de
tener la oportunidad de vivirla.
Y, sobre todo, de tener con quien compartirla.
¡A por la siguiente vuelta al sol!