Ovejas negras
Me gusta
la gente que pelea por sus sueños cuando todo el mundo le dice que hace una
locura. Me gusta la gente que tiene miedo y sigue adelante, que hace oídos
sordos a quien le dice que está cometiendo un error, que tiene el suficiente pundonor como para anteponerse a quien sea necesario para ser
feliz.
Me gusta
esa clase de personas que están acumulando valor para dar ese paso. Que está a
punto de darlo pero que le falta el tiempo suficiente para asimilar que no
pasada por ser feliz y seguir a tu corazón. Que quien te quiere no necesita
explicaciones, quien no te valora hará caso omiso de ellas, y a quien le des
igual, le darán igual.
Así que
atrévete a vivir, porque tener miedo, además de agotador, es de débiles. Y tú
no lo eres. Sé la huella en la vida de la gente que tú alma te pide que seas, y
no acalles esa voz que te dice una y otra vez, como hacía el gran Mufasa:
“Recuerda quién eres”.
Porque
es en las diferencias, irreverencias y rebeldías el lugar en el que reside la esencia de uno
mismo. Por todas las ovejas negras que abrieron camino, para que lo sigan
abriendo. Por la personalidad.