Tierra


En el libro de “Los cinco anillos”, escrito por el samurái y estratega del periodo Edo japonés Miyamoto Musashi y, más concretamente, en su Manuscrito de la Tierra, el guerrero y filósofo nipón escribió que:

Aunque os esforcéis diligentemente en vuestro propio camino día tras día, si vuestro corazón no está de acuerdo con él, aunque penséis que estáis en el buen camino, no será el auténtico camino. Si no seguís un auténtico camino hasta el final, una pequeña maldad al principio se convierte en una gran perversión.

Que tomar riesgos calculados no es lo mismo que ser un imprudente; que seguir una convicción no es lo mismo que ser un pasional irracional; que acallar el corazón por hacerle caso a la cabeza no es sinónimo de ser racional. Esto es algo que el samurái tenía bastante claro como pensador.

Uno no puede estar huyendo toda la vida de lo que siente; los sentimientos y las sensaciones se viven y se atraviesan, no se esquivan.

Y es que a veces vale la pena enviar un mensaje confesando lo inconfesable en medio de la noche, aunque después te des cuenta de que no será recibido. Hacerlo, sirve para darte cuenta de hasta qué punto somos capaces de romper barreras, muros y murallas por algo que, realmente, nos importa.

Lo haces, aunque prácticamente te tiemble el pulso y el corazón te vaya a mil vueltas por minuto antes de darle a enviar. Porque si eres capaz de vencer al miedo, eres capaz de cualquier cosa. Y merece la pena luchar. Siempre vale la pena.

El cómo hacerlo, ya será objeto de estudio en próximas ediciones. Mientras tanto, seguiremos leyendo a los maestros.



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