Absenta roja


Ojalá nos atreviéramos a sentir, a soñar y a pensar de tal manera que tuviéramos el valor de vivir bajo nuestras convicciones, sin importar otra cosa que no fuera nuestra propia felicidad. La escritora Marguerite Cleenewerck de Crayencour, más conocida como Marguerite Yourcenar, fue una escritora de principios de siglo XX que dijo: Todos nos transformaríamos si nos atreviéramos a ser lo que somos.

Permítete el cambiar de opinión, el crecer y el madurar. Permítete el lujo de vivir en el presente, porque en el presente todo pasa por algo. Que hasta los tragos más amargos de absenta enseñan que la felicidad no está en el fondo del vaso, sino con quien compartes las alegrías y las penas; que la mejor forma de honrar el pasado es sacando de él lo bueno y lo malo que te ha hecho ser quién eres, pero sin que el propio pasado sea quien rija tus actos en el futuro.

Que sólo hay una manera de saber qué camino seguir, y es aquel que te señala el miedo; que los tesoros más preciados están guardados por los dragones más terribles. Así que sigue, avanza y cambia. Mejora y performa. Prométete el no perder la sonrisa que tanto te ha costado recuperar. Y recuerda que, si te gusta y te asusta y, aun así, quieres que ocurra, has conjugado el verbo amar en pasado, presente y futuro.

Como una promesa de verano sobre aquel último día en el que te tuvieras que marchar.



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