Límites de frontera
Dicen que es en las fronteras donde se ven las mayores gestas.
En una despedida en un aeropuerto, en el portal de un edificio, en una estación de tren o de bus, en un puerto. En un abrazo que se siente como un hasta luego en lugar de un adiós.
Es en los límites donde nos mostramos realmente y donde nos abrimos en canal; donde te ves a solas en una sala de espera, acompañado únicamente por el frío de los halógenos, y valoras lo que realmente importa.
Que lo de verdad está en las pequeñas cosas cotidianas y que, como decía el sabio Gandalf en El Hobbit de J. R. R. Tolkien: “Son las cosas pequeñas de las acciones diarias de las personas ordinarias las que mantienen a raya a la oscuridad; actos simples de amabilidad y amor”.
Supongo que esta es una de esas enseñanzas que faltan por añadir a la colección y que la vida tiene guardada. Una de las que sirven para continuar combatiendo y enterrando a los demonios que llevamos en nuestro interior.